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El informe sobre el estado de los bosques muestra la amenaza que supone la agricultura para la selva tropical

El informe de la Organización de las Naciones Unidas para la Agricultura y la Alimentación (FAO) sobre el estado de los bosques lo demuestra: El ritmo de desaparición de nuestros bosques ha disminuido casi un 30% en la última década. Sin embargo, no se puede decir que todo esté despejado.

La desaparición de los bosques

En el estudio, más de 800 expertos de 126 países analizaron la evolución de la deforestación en las dos últimas décadas utilizando 400.000 imágenes de satélite y datos de Google. El estudio muestra claramente un descenso de la deforestación anual, que ha pasado de una media de 11 millones de hectáreas en cada uno de los años 2000-2010 a 7,8 millones de hectáreas en cada uno de los años 2010-2018. Sin embargo, no se puede decir que todo esté claro. Según la FAO, los bosques tropicales siguen estando muy amenazados. Con 157 millones de hectáreas, por ejemplo, la pérdida de bosques tropicales representó más del 90% de la deforestación mundial entre 2000 y 2018, lo que equivale aproximadamente al tamaño de Europa Occidental. América del Sur registró la mayor deforestación, con 68 millones de hectáreas, seguida de África, con 49 millones de hectáreas.

Esto es problemático, entre otras cosas, porque los bosques son cruciales para mitigar el cambio climático. Por ejemplo, almacenan 662.000 millones de toneladas de carbono, más de la mitad de las reservas mundiales de carbono en suelos y vegetación. Si no se toman medidas adicionales para proteger los bosques, se calcula que en 2050 se habrán talado 289 millones de hectáreas de selva tropical, lo que supondrá la emisión de 169.000 millones de toneladas de gases de efecto invernadero.

Las principales causas de la deforestación

La desaparición de los bosques está causada, en particular, por el desarrollo agrícola insostenible y los usos del suelo que ejercen una gran presión sobre los bosques. La combinación de procesos de producción agrícola intensificados y la deforestación para la producción de alimentos y otros bienes agrícolas conduce a la destrucción del medio ambiente y contribuye a la crisis climática. La expansión de las tierras cultivadas es la principal causa de deforestación, con casi un 50%, seguida del pastoreo de ganado, con un 38,5%. Así, casi el 90% de la deforestación mundial puede atribuirse a la expansión de la agricultura. 

Soluciones: Detener la deforestación, restaurar las tierras degradadas y el uso sostenible de los bosques.

Tres vías interconectadas pueden servir para solucionar el problema de la deforestación. 

1. conservación de los bosques existentes

Detener la deforestación y conservar los bosques, además de seguir almacenando el CO2 que cambia el clima y evitar las emisiones directas de la pérdida de biomasa, también podría conservar más de la mitad de la biodiversidad terrestre de la Tierra. Las pruebas también demuestran que detener la deforestación aportaría otros muchos beneficios locales y globales, como la reducción de las catástrofes, la protección de los suelos y el agua, y el mantenimiento de los servicios de polinización, que superan con creces los costes de acabar con la deforestación. La capacidad de adaptación y la resiliencia de las personas y los ecosistemas también se verían reforzadas por la conservación de los bosques existentes: cuanto más diverso sea un sistema, más posibilidades tendrá de adaptarse a las influencias externas.

En resumen, acabar con la deforestación y preservar los servicios de los ecosistemas forestales no sólo beneficiaría al clima, la biodiversidad, la salud y la seguridad alimentaria a largo plazo, sino que también sería una de las medidas más rentables para mitigar el cambio climático.

2. restaurar las tierras degradadas y ampliar la agrosilvicultura

La agrosilvicultura, en particular, puede contribuir significativamente a la restauración de las tierras degradadas. Por ejemplo, según el informe, grandes áreas de tierras degradadas se beneficiarían de la restauración con árboles: De los 2.200 millones de hectáreas de tierras degradadas potencialmente disponibles para la restauración en todo el mundo, 1.500 millones de hectáreas son las más adecuadas para la restauración mediante sistemas agroforestales. Otros 1.000 millones de hectáreas de tierras de cultivo en antiguos terrenos forestales se beneficiarían de la incorporación estratégica de árboles para aumentar la productividad agrícola y proporcionar servicios ecosistémicos. 

La restauración de tierras degradadas mediante la forestación podría eliminar de la atmósfera entre 900 y 1500 millones de toneladas de emisiones de gases de efecto invernadero al año entre 2020 y 2050, según los estudios. El hecho de que la forestación y la mejor gestión de las tierras anteriormente degradadas ya aportan grandes beneficios queda demostrado por el hecho de que, a pesar de la continua reducción de la cubierta forestal, los bosques absorbieron más carbono del que emitieron durante el periodo 2011-2020.

3. uso sostenible de los bosques y creación de cadenas de valor ecológicas

Unos sistemas agroalimentarios más eficientes, productivos y sostenibles son la clave para satisfacer las necesidades alimentarias futuras, al tiempo que se reduce la demanda de tierras agrícolas, se conservan los bosques y se salvaguardan los múltiples beneficios que los bosques aportan a la agricultura. Un método beneficioso que resulta adecuado para el uso sostenible de los bosques y el cultivo simultáneo de alimentos es la agroforestería dinámica, que resulta especialmente eficaz en las estructuras agrícolas a pequeña escala. El uso sostenible de los bosques en los sistemas a pequeña escala es importante porque los pequeños propietarios, las comunidades locales y los pueblos indígenas poseen casi la mitad -4.350 millones de hectáreas- de los paisajes forestales y agrícolas del mundo y, por tanto, son cruciales para la aplicación de una agricultura más sostenible y una gestión más sostenible de los bosques.

Los sistemas agroforestales también tienden a ser más resistentes que la agricultura convencional a los choques ambientales y a los impactos del cambio climático. Dependiendo del sistema y de las condiciones locales, la agrosilvicultura puede alcanzar el 50-80% de la biodiversidad de los bosques naturales y aumentar la seguridad alimentaria y la productividad de los cultivos. 

Fuente: 

FAO: El estado de los bosques del mundo (SOFO) 2022

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