· La Organicazión Meterológica Mundial

Diversos organismos destacan en un informe las crecientes señales y consecuencias del cambio climático en la atmósfera, la tierra y los océanos

En un nuevo informe compilado por la Organización Meteorológica Mundial (OMM) y una amplia red de asociados se hace hincapié en las señales físicas que nos alertan del cambio climático, como el aumento del contenido calorífico de los océanos y de la tierra, la aceleración de la subida del nivel del mar y la fusión de los hielos.

La Declaración de la OMM

La Declaración de la OMM sobre el estado del clima mundial en 2019 integra aportaciones de Servicios Meteorológicos e Hidrológicos Nacionales (SMHN), expertos internacionales de primer orden, instituciones científicas y organismos de las Naciones Unidas. En ese informe de referencia se facilita información fidedigna a las instancias normativas sobre la necesidad de adoptar medidas en la esfera del clima.

En el documento se confirma lo que ya se avanzó en una declaración provisional publicada con motivo de la celebración de la Conferencia de las Partes (COP) en la Convención Marco de las Naciones Unidas sobre el Cambio Climático (CMNUCC) en diciembre: 2019 fue el segundo año más cálido del que se tienen datos desde que se realizan mediciones instrumentales. El quinquenio 2015-2019 comprende los cinco años más cálidos de los que se tiene constancia, y el período de 2010 a 2019 ha sido el decenio más cálido jamás registrado. A partir de los años ochenta, cada nuevo decenio ha sido más cálido que todos los anteriores desde 1850.

El año 2019 terminó con una temperatura media mundial 1,1 °C por encima de los niveles preindustriales estimados, un valor superado únicamente por el récord de 2016, cuando un episodio muy intenso de El Niño agravó el aumento de la temperatura media mundial vinculado a la tendencia general al calentamiento.

“Actualmente estamos muy lejos de cumplir los objetivos del Acuerdo de París de limitar el aumento de la temperatura a 1,5 o 2 °C”, explica en el prólogo el Secretario General de las Naciones Unidas, António Guterres.

“En el presente informe se exponen los datos científicos más recientes y se evidencia la imperiosa necesidad de acometer una acción climática de gran alcance. Se recopilan datos de todos los ámbitos de la climatología y se enumeran las posibles repercusiones futuras del cambio climático, desde las consecuencias para la salud y la economía hasta el menoscabo de la seguridad alimentaria y el aumento de los desplazamientos”, añade el señor Guterres.

El informe se ha presentado el 10 de marzo en una conferencia de prensa ofrecida por el Secretario General de las Naciones Unidas y el Secretario General de la OMM, Petteri Taalas, en la Sede de las Naciones Unidas.

“Dado que las concentraciones de gases de efecto invernadero no dejan de aumentar, el calentamiento proseguirá. Según un reciente pronóstico decenal, es probable que en los próximos cinco años se produzca un nuevo récord de temperatura mundial anual. Es cuestión de tiempo”, dijo el Secretario General de la OMM.

“Acabamos de dejar atrás el mes de enero más cálido del que se tienen datos. En muchas partes del hemisferio norte se ha vivido un invierno excepcionalmente benigno. El humo y los contaminantes de los devastadores incendios de Australia se propagaron por todo el mundo y provocaron un pico en las concentraciones de CO2. Los récords de temperatura en la Antártida estuvieron acompañados de episodios de fusión de hielo a gran escala y de la fractura de un glaciar, hechos que incidirán en la subida del nivel del mar”, apuntó el señor Taalas.

“La temperatura es un indicador del cambio climático en curso. Las alteraciones en la distribución de las precipitaciones a escala mundial han tenido importantes repercusiones en diversos países. El nivel del mar sube a un ritmo cada vez mayor, en gran parte a causa de la expansión térmica del agua marina, así como también debido a la fusión de los mayores glaciares, como los de Groenlandia y la Antártida. Ello expone las zonas costeras y las islas a un mayor riesgo de inundaciones y puede provocar que sus zonas bajas queden sumergidas por las aguas”, dijo el señor Taalas.

Gases de efecto invernadero

En 2018, las fracciones molares de los gases de efecto invernadero alcanzaron nuevos valores máximos: las fracciones molares medias mundiales de dióxido de carbono (CO2) se situaron en 407,8 ± 0,1 partes por millón (ppm), las de metano (CH4), en 1 869 ± 2 partes por mil millones (ppmm), y las de óxido nitroso (N2O), en 331,1 ± 0,1 ppmm. Según datos preliminares, las concentraciones de gases de efecto invernadero siguieron aumentando en 2019.

Una proyección preliminar de las emisiones mundiales de CO2 derivadas de fuentes fósiles realizada con datos de los tres primeros trimestres de 2019 apunta a un incremento de las emisiones del 0,6 % en 2019 (valor comprendido en un intervalo de entre –0,2 y +1,5 %).

Océanos

Los océanos absorben más del 90 % del exceso de energía que se acumula en el sistema climático como consecuencia del aumento de las concentraciones de gases de efecto invernadero. En 2019, el contenido calorífico de los océanos a una profundidad de 2 km batió el récord anterior fijado en 2018.

El calentamiento de los océanos conlleva repercusiones generalizadas para el sistema climático y contribuye en más de un 30 % a la subida del nivel del mar a raíz de la expansión térmica del agua marina. Asimismo, altera las corrientes oceánicas e, indirectamente, modifica la trayectoria de las tormentas y provoca la fusión de las plataformas de hielo flotantes. Junto con la acidificación de los océanos y la desoxigenación de sus aguas, el calentamiento de los océanos puede entrañar cambios drásticos en los ecosistemas marinos.

En 2019, los océanos experimentaron, de media, prácticamente dos meses de temperaturas inusualmente cálidas. Por lo menos en el 84 % de las aguas oceánicas se experimentó al menos una ola de calor marina.

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