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También a las balenas hace demasiado calor

El progresivo cambio climático está amenazando muchas especies de ballenas, además del actual peligro de extinción. Las especies más afectadas son las ballenas migrantes del hemisferio sur de la tierra, que tienen sus más importants fuentes de alimentación en las regiones de agua fría.

En búsqueda del krill

Los científicos predicen, que por el calentamiento global, el hielo en el océano antártido diminuirá del 30 por ciento hasta el año 2024. En este caso las ballenas tendrán que migrar hasta 500 kilómetros en la dirección del polo, para encontrar las áreas de alimentación (que contienen el krill) muy importantes para ellas. Estará afectada también la ballena azul, el animal más grandes de la tierra y también la ballena jorobada - en peligro de extinctión. Esta especie de ballena se estaba apenas recuperando después de la caza violenta, que se hizo a ella en el siglo pasado.

Sin el krill la ballena se estinguirá

Las grandes ballenas se alimentan más que todo de krill, pequeños custáceos, que ellas filtran del agua. El krill a su vez necesita agua fría y rica en nutrientes, como las algas marinas y otro plankton – sin eso el krill muere. Pero la destrucción del krill tiene como consecuencia para las ballenas, las focas, los pingüinos, las aves acuáticas y muchas especies de peces, que su alimento o sea su fundamento de vida va en quiebra.

Exigir más áreas marinas protegidas

Las organizaciones de protección de la naturaleza exije de los Estados de la International Convention for the Regulation of whaling, , de proteger el clima con medidas audaces, también por el bien de las ballenas. Además tienen que ser afrontadas decididamente todas las otras amenazas – la caza, las capturas incidentales, la contaminación marina y mucho más. Al mismo tiempo se considera escandaloso, que una especie amenazada como la ballena minke (o enana) sigue siendo cazada por Japón, con fines presuntamente científicos. "No necesitamos ballenas matadas por el hombre, sino áreas marina protegidas“ dice el experto de ballenas del WWF (World Wildlife Fund), Volker Homes.

Caza „científica“ de ballenas

La base teorética de los estados de la es una convención del año 1946. En el artículo VIII se concede a los estados miembros el derecho de matar las ballenas con „fines científicos“.Este anacronismo - hoy en día hay métodos reconocidos y sencillos para estudiar las ballenas sin matarlas - viene utilizado por Japón para cazar cientos de ballenas y vender su carne abiertamente en el mercado.

Faltan los consumidores de carne de ballena

Islandia declaró a finales de 2007 que la caza „científica“ de ballenas había terminado para la temporada actual. Noruega ha planteado la objeción contra la prohibición de la caza de ballenas y también practica la caza de ballenas. Los tres estados se auto-conceden sus propias cuotas de caza. Ellos también siguen matando especies de ballenas en peligro de extinción, como el rorcual boreal (). Japón sigue cazando las ballenas hasta en la zona protegida del Antártido. Al mismo tiempo el consumo de la carne de ballena sigue diminuyendo en continuación. Según Japón, ultimamente terminó una entrega de carne de Noruega, no ordenada, en el almacenamiento en frío - porque faltaban los clientes que la compraban. Los tres países consideran la caza de ballenas como una parte inalienable de su identidad cultural.

La parálisis de la IWC (International Convention for the Regulation of whaling)

Desde hace años, en las conferencias de la se está regateando solamente para las mayorías: Tendrán más votos los miembros a favor de la caza o los que están encontra? Antes de cada reunión ambas partes luchan por los respectivos votos. Japón ya ametió publicamente hace años de haber ofrecido dinero a los países en desarrollo, para que se afilien a la y voten a favor de las propuestas de Japón. Mientras tanto las dos partes contrarias tienen un porcentaje de votos casi idéntico. El trabajo se ha detenido casi completamente. El cambio climático, las capturas incidentales, la contaminación marina, el ruido, las nuevas áreas de protección para la ballena – todas estas cuestiones no han sido enfrentados sistematicamente en estos últimos años. En el año pasado la ha decidido de buscar nuevos caminos para el convenio.

Cada minuto y medio muere una ballena

Cada minuto y medio muere una ballena. Solamente en las redes de pesca ahogan cada año, según un cálculo estimativo del WWF (World Wildlife Fund), aproximadamente 30.000 ballenas, delfines, marsopas. Muchos animales mueren además por colisión con los buques. A eso se suman las toxinas ambientales, que dañan entre otros el sistema inmunológico y la fertilidad de los animales, así como los otros peligros relacionados al cambio climático.

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